Vaguea 7 años y échate a dormir

Ha caído en mis manos un artículo de opinión de Arturo Pérez Reverte, en adelante Don Verdades, sobre los sentimientos que le despiertan los diputados que salen de las Cortes, cuando el pasa por la carrera de San Jerónimo y los ve salir de su butacones camino de coches oficiales o Restaurantes de la zona.

El texto de opinión os lo hemos colgado en “lecturas y demás cachivaches” para vuestra lectura con tranquilidad, pero aunque sea de hace más de un mes, no quiero dejar pasar por alto la oportunidad de unirme a la crítica de Don Verdades a nuestros políticos.


No hace mucho, en una de las entradas, pedíamos a gritos que la población española debía de tomar de nuevo el poder ante la ineficacia más absoluta de los políticos de nuestra península.

Y es cierto como dice en el artículo D. Verdades, que no podemos generalizar con todos ellos, pero como tribu, no podemos confiar en gente que utiliza su puesto para enriquecerse a costa de nuestros impuestos y sin pegar un “palo al agua”.

Tengo que empezar disculpándome por la no verdad que escribimos en un artículo, cuando afirmamos que con cuatro años tenían pensión vitalicia. La realidad es que tienen que estar 7 años, joder pobrecitos que duro se les debe de hacer. Mi padre no se de que se queja, si sólo tiene que currar 35 años y ni siquiera tendrá la máxima pensión pública con los diputados, sino el 100% de su Base de Cotización, que seguramente no sea la máxima pública.

Entiendo que D. Verdades habla con datos, al afirmar que hay diputados que no han estudiado ni el bachillerato y lo que es peor, no han trabajado en su vida. Y gente como ésta estará cobrando una pensión vitalicia por sentarse en el congreso y ni siquiera todos los días que le toca.

Traducido en lenguaje de la calle, cobrarán pensión vitalicia todos aquellos que lleguen a los 7 años como diputados aunque no asistan a su puesto de trabajo. Parafraseando a uno de estos diputados...“manda huevos!!”

Es decir, los españolitos como tú o como yo nos tenemos que pegar 35 años faenando de aquí para allá, para poder cotizar el 100% de nuestra pírrica base de cotización, para malvivir hasta el fin de nuestros días y poderle pagar los caprichos que podamos a los nietos.

Es otra de las cosas que me hacen pensar que la transición no se hizo como buenamente se pudo, sino como les dio la gana, haciéndose el corralito y organizándose todo para que aun retirándolos del congreso por su pésima gestión, sigan cobrando a pesar de todo y eso, que queréis que os diga, es muy triste.

No se hasta que punto sirve lo que hizo D. Verdades o lo que estoy haciendo yo ahora desde mi ordenador, pero desde luego, puedo aseguraros que el escupir esto sobre las teclas me ayudará a conciliar mejor el sueño.

Salud!

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