Jamás puede ser limpia una energía que contamina constantemente el medioambiente emitiendo humos altamente tóxicos y lo hace a través de chimeneas gigantescas. Parece mentira que a los propietarios de automóviles o motocicletas nos multen porque las emisiones de CO2 de nuestro vehículo están un poquito por encima de lo permitido y en cambio, a los propietarios de las centrales nucleares no les ponen sanción alguna por emitir kilos y kilos de CO2.
Y no se queda en eso, es que además, los vertidos tóxicos a los afluentes cercanos de las centrales son también constantes y las multas que se imponen son de risa en comparación con los daños que causan en la flora y fauna de la zona.
Una buena medida de control de emisiones y vertidos, sería el imponer multas verdaderamente ejemplares que disuadan a los propietarios de incumplir la ley, no como hasta ahora.
Una central nuclear es segura siempre que no pase nada, a saber: maremotos, terremotos, accidentes, fallos humanos,... Por muy segura que llegue a ser una central, no dejan de ser auténticas bombas nucleares a gran escala y que un mínimo fallo puede causar cientos de muertes, malformaciones genéticas y daños irreparables para el ecosistema.
Deberíamos de preguntarnos si vale la pena correr el riesgo nuclear para conseguir la energía que producen dichas centrales, sabiendo que los pueblos vecinos pueden desaparecer del mapa en el momento que alguna de ellas explote o tenga un fallo de consideración.
Y lo de barata ya es la monda! Unas centrales que amortizan el coste de producción cerca de 30 años después no pueden ser rentables cuando se sabe que cierran a los 40 años de vida. Durante ese GAP de 10 años la empresa promotora gana ingentes cantidades de dinero, esto es cierto. Pero no es menos cierto que el daño al ecosistema no se cuenta en esos beneficios y eso no se puede tolerar.
Al igual que a una empresa minera se le obliga a repoblar los montes que destrozan con sus escavadoras, a estas centrales se les debería obligar a ayudar al medioambiente de alguna forma. Entre las medidas deben estar incluidas las severas multas por incumplir las leyes de contaminación que hablábamos antes y el cierre de la central a los 40 años, entre otras.
Los pronucleares se llenan la boca cuando dicen que la energía nuclear es necesaria para cubrir la demanda energética actual, pero la pregunta es...realmente hace falta tanta energía? La respuesta es sencilla...no!
Carlos Taibo, profesor de la universidad de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid, en su teoría de la economía decreciente acierta a afirmar que “estamos en una sociedad consumista y el consumismo no trae cohesión social como se cree” y que debemos de “reducir la producción y el consumo actual” e incluso “clausurar ciertos sectores económicos como el automóvil para que la economía sea realmente sostenible”.
Si realmente redujéramos la producción y el consumo, reorganizando todo en base a la primacía de la vida social frente a la lógica de la producción, el consumo y la competitividad, ganaríamos tiempo libre, salud, igualdad económica entre todos (los que más ganan, ganarían menos) y además, tendríamos un desarrollo sostenible ecológicamente eliminando la producción a gran escala que ahora guía nuestras vidas.
Este modo de vida consumista del mundo “desarrollado”, me recuerda lo que dice el filósofo Santiago Alba que “mientras para algunos poco es bastante, para otros (nosotros) mucho no es suficiente”. Esta verdad que dije en su día que estaba demostrada empíricamente, Carlos Taibo la ejemplifica con los indios colonizados por los americanos que trabajaban talando madera y que sale en el video que os enlazo. En el ejemplo nos explica el profesor que deberíamos buscar la eficiencia para tener más tiempo libre, más vida social y no para seguir trabajando el mismo tiempo o más si cabe, para producir 10 veces más.
Así pues, si produjéramos menos, consumiríamos menos, necesitaríamos menos energía eléctrica y la energía atómica sería prescindible!! Realmente no lo habíais pensado? Aunque esto no sería así, sino que tendría que surgir de modo inverso, es decir: "a menos consumo, menos producción, menos gasto energético y por tanto, la energía nuclear sería innecesaria".
Está claro que para llegar a esta “economía decreciente” (nomenclatura extraña si atendemos a lo que conocemos ahora por economía donde se quiere maximizar los beneficios), todos tenemos que tomar conciencia de ello y saber que todos tendremos que consumir menos, es decir: coger menos el coche, encender menos luces en casa, comprar menos electrodomésticos para ahorrar energía,... Tendremos que hacer un esfuerzo pues a todos nos gusta coger el coche para ir hasta a cagar, pero debemos concienciarnos que los recursos son limitados y en base a esta máxima debemos de planificar nuestra vida, pues los recursos del planeta son finitos.
Y con esto no quiero decir que vayamos en bicicleta siempre o que a partir de ahora lavemos a mano y apaguemos por siempre la lavadora; ni mucho menos! Simplemente digo que tenemos que reducir un poco nuestro espíritu consumista, pues unido a otras muchas personas que hagan lo mismo sería un ahorro realmente eficiente. Me refiero a que no me vale la escusa de “yo sólo no puedo hacer nada”, pues efectivamente uno sólo no sirve, pero tenemos que pensar que hay muchos más personas que ya hemos empezado con la economicidad de luz y carburantes, que poco a poco más gente va a ir tomando conciencia y que es posible otra forma de vida.
Debemos ir a modelo de energías renovables.Lo que sucede es que hay muchos intereses creados
ResponderEliminarSaludos