Anda preocupado Rajoy estos meses y desde luego no es para menos. Desde que la democracia o lo que hay de esta en España (ya conocéis lo que opino yo de la transición) existe, la oposición del Partido Popular se reduce a 5 puntos concretos:
1. Decir a todo que no
2. No dar nunca ninguna alternativa o propuesta
3. No aceptar como buena ninguna medida del PSOE
4. Pedir la dimisión del presidente
5. Solicitar elecciones anticipadas por incapacidad del presidente
Y en eso se ha reducido siempre la política opositora del PP, que es justo la antítesis de lo que tiene que ser la oposición. En mi modesta opinión (y como hacen en los países verdaderamente desarrollados como Alemania, Inglaterra o los países nórdicos) una vez perdidas las elecciones, la oposición debe trabajar codo con codo con el gobierno en favor de los intereses de los ciudadanos, aunque el partido gobernante sea de diferente ideología (que es lo habitual) y no poner trabas una y otra vez como hacen Rajoy, Cospedal y compañía.
Este tipo de oposición la estuvo haciendo Zapatero en época de Aznar, dando apoyo a leyes que creía correctas y proponiendo alternativas ante leyes que no compartía, aunque muchos socialistas lo tachaban de blando. Fue entonces cuando me enamoré de la forma de actuar de Zapatero. A día de hoy no reconozco a ese Zapatero tan coherente y tan...socialista.
Sinceramente, yo no entiendo la oposición de otra forma que no sea ayudando al gobierno de tu país (que también te gobierna a ti) a que tome la mejor elección en cada caso y si tú como oposición puedes ayudar, es tu obligación porque te votaron para eso.
Sin embargo, al señor Rajoy lo hemos oído mentir mil veces y decir “yo tengo la fórmula de salir de la crisis” para acabar diciendo: “no se la voy a decir”. Evidentemente no dice nada porque no lo sabe, en concreto este señor no sabe nada. Pero aunque lo supiera no iba a decir nada porque la oposición del PP siempre a sido así; sólo hay que recordar la frase más famosa de oposición del PP: "váyase señor Gonzalez"(o el nombre del presidente que sea en ese momento).
Esa desfachatez la resaltaría en el congreso, incluso iría más allá denunciando esos actos por deslealtad al gobierno de su país, desacato a la autoridad y por irresponsabilidad mayúscula cara a todos los españoles.
Me parece terrible que una persona se levante de su butaca del congreso, suelte por su boca bazofia y tonterías por doquier y que no le suceda absolutamente nada!! Es de una irresponsabilidad y de una falta de respeto para con los ciudadanos que no me salen ni las palabras...sólo me sale una palabra: desvergüenza, aunque para saber que es, deben de saber que es la vergüenza y tampoco la conocen.
Sin embargo, no es esto lo que le preocupa al señor Rajoy por desgracia. Lo que le come la cabeza por lamentable que parezca, es que al ritmo que va, nuestro gobierno les van a pasar por la derecha con las medidas que están tomando los últimos meses.
La última que nos desayunamos es que, según podemos leer en Kabila, el gobierno ha preparado una enmienda para poder prolongar la vida de las centrales nucleares, que estaba limitada ahora a 40 años. Y entiendo que puede que lo hagan porque el cierre de Cofrentes provocaría con total seguridad el desempleo de un buen puñado de personas, entiendo que no tenemos energía alternativa suficiente para cerrar esa central y no resentirnos, pero es que...estas, señor presidente, no son las formas, una vez más, de un gobierno socialista.
Haciendo las cosas así señores del Gobierno, les están fallando a las personas que depositaron su confianza en ustedes y les votaron para dirigir el país (entre las que me encuentro yo mismo). Con giros copernicanos como la reforma laboral, están llevando a la más absoluta miseria a montones de familias humildes, que en su mayoría (salvo en Valencia, lamentablemente también) les votaron a ustedes, porque suponían que un gobierno socialista mira por las pequeñas economías familiares y no por engordar el culos de los ricachones que encima, son los que defraudan a Hacienda (alrededor de 80.000 millones de € al año) porque pueden pagar a abogados y contables que maquillan sus cuentas a final de cada año.
Un gobierno socialista es aquel que gobierna para todos los españoles, pero ayudando más a los necesitados y no a los que les chorrea el dinero (pues no les hace falta más). Un gobierno de izquierdas, debería hacer oídos sordos a las presiones por parte de los grupos de poder económico (que además no votarán a la izquierda precisamente y en buena lógica) y no reformar la ley de jubilación (por ejemplo) para calmarlos, llenarles más los bolsillos con los planes de pensiones privados y hundiendo a las clases humildes, que siempre pagan el menú de una comida a la que nunca son invitados.
Un gobierno de izquierdas, aunque sea tarde, intenta hacer justicia y recompensar la memoria de aquellos que lucharon por la democracia y fueron, capturados, tratados como escoria, asesinados con sangre fría y enterrados como basura.
Un gobierno socialista que se precie, saca la cara por el único juez competente y con agallas para hacerle frente a la derechona más rancia de este país, que por culpa de la transición siguen sin ser juzgados por sus delitos.
Y sobre todo, bajo mi punto de vista y ante una situación de crisis como la que padecemos y sabiendo que las próximas elecciones están en peligro, un hombre de izquierdas como se declara usted, señor presidente, debería morir con mis ideales. Ésta es la forma más honrada, decente, humana y socialista de morir en fechas como éstas, que por otro lado, no provocaría la espantada de votantes que la forma de morir que han decidido ha provocado y yo también me incluyo como antes.
Sería una forma de no deshonrar la memoria de los socialistas de antaño que, como mis abuelos y bisabuelos, lucharon y dieron sus vidas por la democracia, la justicia social y que permitieron que partidos como el que le paga, pueda dirigir en este país.
En definitiva y volviendo al tema, Rajoy anda con la mosca detrás de la oreja porque todas las acciones del gobierno le están pareciendo cojonudas y no sabe que criticar y por ende, no sabe que oposición hacer. Ha llegado el punto en que secretario general del Partido popular, en la intimidad, piensa que su partido no lo hubiera hecho mejor.
Es triste, pero la izquierda en España, a excepción de unos honrosos casos como IU o el grupo parlamentario Compromís, adelanta por la derecha.
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